La arquitectura es un claro ejemplo de la evolución cultural y tecnológica de la sociedad. A lo largo de la historia, la arquitectura ha ido evolucionando en estilos y formas arquitectónicas, que han reflejado necesidades, valores y capacidades técnicas de cada época. Esta línea temporal empieza con los primeros refugios de los homínidos primitivos y se extiende hasta los edificios modernistas del presente.
PREHISTORIA
Los orígenes de la arquitectura se remontan a hace más de 5.000.000 de años, con el Australopithecus, cuyos refugios improvisados elaborados con ramas y materiales naturales buscaban protección contra el clima y depredadores.
Entre el 1.600.000 y el 200.000 a.C., el Homo erectus, primero en dominar el fuego, construyó las primeras «casas» rudimentarias con madera, pieles y huesos, demostrando avances en la manipulación del entorno.
Posteriormente, el Homo de Neandertal (100.000 al 40.000 a.C.) mostró un pensamiento simbólico y comunitario, reflejado en sepulturas con flores y alineaciones solares.
A partir del 40.000 a.C. el Homo sapiens destacó por su capacidad intelectual evidenciada en esculturas, pinturas rupestres y cabañas de planta circular, abombada y recubiertas con pieles.
Entre el 8.000 y el 4.000 a.C., la agricultura y sedentarización impulsaron la construcción de viviendas permanentes. Las ciudades estaban protegidas por murallas y las casas rectangulares, construidas con adobe, tenían dos niveles, techos de madera y barro, y se accedía por los agujeros en el techo mediante escaleras. También surgieron los primeros monumentos megalíticos, como el Stonehenge, usado para rituales religiosos y observaciones astronómicas.
PROTOHISTORIA
En la protohistoria (4.000 al 3.000 a.C.) surgió la escritura, prosperó la alfarería doméstica y se desarrolló la arquitectura urbana con adobe o ladrillo. Los vestigios de esta arquitectura protohistórica son los zigurats, considerados los edificios más característicos de la antigua Mesopotamia.
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Los zigurats son templos en plataformas escalonadas con rampas y escaleras, construidos para honrar a sus dioses, asemejarse a las montañas. Tenían una estructura piramidal que alude a las pirámides de Egipto, pero desprovista de una cámara mortuoria.
EGIPCIOS
Posteriormente a esta etapa están los egipcios que habitaron por allá al 3.500 a.C. La civilización egipcia se desarrolló en torno al río Nilo. La organización de templos, ciudades y campos sigue dos ejes perpendiculares (norte-sur: rio, este-oeste: sol). Las pirámides, como las de Guiza, protegían las tumbas de los faraones, mientras que los templos como Karnak eran centros religiosos decorados con jeroglíficos y relieves.
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El templo, considerado la casa de los dioses, era el edificio público más importante, destinado al culto y a la formación para la administración. Construido con materiales de alta calidad y mano de obra especializada. Estos edificios pretendían garantizar la continuidad y el orden.
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Los egipcios, obsesionados por la vida, desarrollaron el culto a los muertos, reflejado en las pirámides, consideradas eternas. Para este tipo de estructuras reemplazaron el adobe y los troncos por mampuestos de piedra caliza, integrándolas con templo, pórtico con capillas y muralla.
GRIEGOS
A partir del 1.200 a.C. hasta el 146 a.C. los griegos adoptaron y evolucionaron la arquitectura y escultura egipcia, desarrollando un estilo propio. Su sistema de valores exaltaba las capacidades humanas y la arquitectura reflejaba la búsqueda del equilibrio. Dedicaban gran esfuerzo a perfeccionar cada elemento, con el objetivo de honrar a los dioses y a la polis, buscando la excelencia de la forma, del detalle y de la ejecución.
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Las ciudades griegas crecieron alrededor de las colinas o peñascos, formando las acrópolis que incluían la ciudad y las granjas circundantes. Las polis se organizaban según la situación geográfica y el paisaje, con las acrópolis desarrollándose hacia abajo. El Ágora situado en el centro, era el lugar donde se comercializaba y se debatían los asuntos de la polis.
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Los templos dedicados a las divinidades, eran los edificios más importantes y se ubicaban sobre plataformas escalonadas. En su interior se guardaban las imágenes divinas. Caracterizadas por su sencillez, buscaban alcanzar la perfección técnica para evitar deformaciones visuales y lograr la armonía del conjunto.
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Tanto los teatros como los estadios estaban al descubierto y eran de una envergadura exuberante. Fueron muy importantes para la cultura, la educación y la vida comunitaria de las polis. Y a diferencia de la de los romanos, estas no solo servían para entretener. Los teatros normalmente se situaban en las laderas de una colina. Ambos edificios eran de proporciones armoniosas y tenían una excelente acústica y gran capacidad.
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Las viviendas griegas eran de volúmenes escultóricos organizados en equilibrio en contraste con el paisaje. Las casas apenas tenían espacio, eran sencillas y tenían un patio central alrededor del cual se situaban las habitaciones.
ROMANOS
En el 1100 a.C. los latinos (romanos) se asentaron en la península itálica y se expandieron por todo el Mediterráneo y Europa, desarrollando una arquitectura universal. Esta se caracterizaba por espacios interiores cerrados y de gran escala. Con el descubrimiento del hormigón, crearon nuevas formas y experimentaron con el espacio, las luces y las sombras. El avance técnico más singular de esta época fue la implementación de arcos, bóvedas o cúpulas. Además de innovar en ingeniería con obras como caminos, carreteras, puentes, acueductos…
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Las ciudades romanas contaban con termas ,que además de ser baños, funcionaban como bibliotecas, escuelas…
Los teatros romanos, inspirados en los griegos, eran más grandes y se construían sobre un sistema radial de bóvedas de hormigón, siendo semicirculares.
Los circos romanos, mas grandes que los griegos, se utilizaban para carreras, espectáculos.
La basílica, utilizada como tribunal de justicia, estaba junto al foro.
Los anfiteatros son la principal innovación romana; son un doble teatro que presenta una escena elíptica y un graderío dedicado a luchas entre gladiadores.
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Las ciudades romanas tenían un planteamiento ortogonal, la mayoría de las calles en forma de rectángulos más o menos irregulares, pero con el tiempo se fueron perfeccionando. En el corazón de la ciudad estaba el forum. Un espacio cívico al aire libre delimitado por los edificios porticados tipo estoas y edificios públicos, con funciones similares al Ágora griega.
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Para la construcción de estos edificios empleaban con cierta libertad los órdenes griegos, dándoles más naturalismo, vitalidad y energía. A los tres ordenes griegos (dórico, jónico y corintio) añaden otros dos, el toscano y el compuesto. Además experimentan con otro tipo de plantas como las circulares y cruciformes. Normalmente colocaban sus templos sobre altos podios. Tomaron elementos como el arco y la bóveda y desarrollaron cúpulas para cubrir edificios solucionando los problemas de los griegos.
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La domus es una vivienda asociada a los ricos, la cual contaba con un atrio impluvio con alrededor las estancias para relaciones públicas y las habitaciones privadas. Este tipo de casas estaban decoradas con mosaicos, pinturas y esculturas.
La insula, por otro lado, era la vivienda de los plebeyos, la cual era de tres plantas subdivididas en diferentes pisos. Se construían con materiales de baja calidad.
EDAD MEDIA
A partir del siglo II d.C. el imperio romano comenzó a desintegrarse. En el año 410, los visigodos saquearon Roma y se trasladaron a España y al norte de África. Finalmente, en el 476, desapareció el imperio romano de Occidente. Tras su caída, el imperio fue cristianizado y las iglesias se convirtieron en la principal forma de arquitectura. Con el establecimiento de un nuevo imperio cristiano en Oriente, donde se fusionaron los poderes religioso y civil, se perdieron técnicas de arte y construcción. El lenguaje clásico de la arquitectura, influenciado por Grecia y Roma, desapareció durante la Edad Media (s. V-XV) y resurgió en el Renacimiento (s. XV) y la Edad Moderna.