Nacido en Valladolid y criado en Cádiz. Ha sido catedrático de proyectos en la Escuela de Arquitectura de Madrid durante más de 30 años y ha impartido clases en reconocidas universidades internacionales. Ha recibido numerosos premios, como el Torroja, la Medalla Heinrich Tessenow y el Premio Nacional de Arquitectura Española.
De entre todas sus obras encontramos proyectos emblemáticos como la Casa Turégano en Madrid, la Caja de Granada y la Casa del Infinito en Cádiz. Ha publicado varios libros sobre arquitectura, siendo «La Idea Construida» uno de los más reconocidos. Además, ha expuesto su trabajo en ciudades como Chicago, Nueva York, Roma, Tokio y Florencia.
Para la práctica de hoy vamos a analizar una de sus obras literarias, concretamente «Quiero ser arquitecto». Así pues, el libro inicia con una metáfora; Alberto alude a subir y bajar las escaleras de dos en dos para referirse al proceso de formación del arquitecto y la dedicación que debe tener, así como no ser irresponsable y el hacer las cosas bien y no deprisa.
Para él, todo aquel que quiera dedicarse a la arquitectura ha de construir sueños. Pero primero habrá que soñar y hacer soñar a la gente para en un futuro construir edificios que, a parte de ser funcionales y estar bien construidos, sean capaces de hacernos soñar y de hacer felices a sus residentes.
Por este motivo es tan difícil definir qué es ser arquitecto; en el diccionario las palabras clave que mejor lo definen son: es un artista, un técnico, alguien capaz de explicar los edificios de manera técnica. Para Campo Baeza, es todo lo mencionado anteriormente y un poquito más. Un arquitecto es un creador; un pensador, alguien que idea construcciones; un constructor, alguien que construye ideas; alguien que crea; que piensa; que construye; es un soñador; un artista; un técnico…
Posteriormente habla sobre donde se puede estudiar la carrera de arquitectura, si bien hay un sin fin de escuelas tanto públicas como privadas en España y en el extranjero; Campo Baeza recomienda siempre que le pregunten la Escuela T.S. de Arquitectura de Madrid, de la UPM. Pero aún así nos menciona algunas escuelas, tanto fuera como dentro de España, públicas y privadas, que tienen mucho prestigio o donde en algún momento él ha pasado por allí, ya sea como estudiante, profesor o conferenciante.
Seguidamente nos desvela cómo se estudia la arquitectura, y es mediante esfuerzo. Según Alberto, en Arquitectura, los proyectos son el centro de la carrera y, por lo tanto, es la materia que más tiempo requiere, pero también con la que más se disfruta, ya que no es una ciencia exacta y tampoco está reglada. Por eso él afirma que por esta asignatura se debería estar dispuesto a dejar las otras asignaturas en caso de que fuera necesario.
Campo Baeza pone especial énfasis en las estructuras, en cómo se conciben y resuelven. Las estructuras son el corazón de la arquitectura e insiste en cómo estas no solo controlan la transmisión de las cargas de la gravedad terrestre, sino que establecen el orden del espacio.
Los alumnos deberán mostrar interés también por la historia, en todas sus etapas y aspectos. Para así llegar a entender los mecanismos espaciales con los que se hicieron, muchos de los cuales siguen siendo válidos.
Y la construcción, saber cómo combinar los materiales para que una obra merezca la pena y no sea una mera construcción. Entender cada material e interpretar con ellos la arquitectura y cómo los nuevos materiales revolucionan esta.
Pero antes de todo esto ¿qué se puede ir haciendo? El arquitecto lo resuelve de manera simple: «aprovechar el tiempo». Para ello se pueden o mejor dicho se deben hacer ciertas cosas:
Dibujar todo aquello que en un futuro nos pueda ayudar como arquitectos (edificios, plazas, personas…). Para ello, recomienda tener un pequeño bloque de bolsillo y un lápiz o boli para que en cualquier momento podamos desarrollar nuestra técnica. Fotografiar todo también, como con los dibujos. Así empezaremos a entender la importancia de la luz en la percepción del espacio. Pensar. Analizar todo. Reflexionar sobre aquello que tenga que ver con la arquitectura, con el espacio, la luz… Escribir todo para completar el dibujar, fotografiar y pensar. Porque escribiendo te obligas a razonar y a ordenar esas razones. Y leer mucho y disfrutar, no sólo de arquitectura sino de todo lo que nos interese y nos guste. Sobre todo poesía.
Pero para estudiar arquitectura hay que poseer ciertas aptitudes; para ello, Alberto propone dibujar tu casa ideal, guardar estos documentos y tras un año proceder a la maquetación del proyecto, hacer fotos a dicha maqueta bajo la luz del sol y en diversas posiciones para experimentar con la luz. Posteriormente se estudiarán y analizarán con espíritu crítico los documentos anteriores. Posteriormente, dibujar el edificio que más te guste de tu ciudad intentando ser analítico; dibujar el espacio interior que más te guste entre los que conozcas; fotografiar los 10 edificios que más te gusten; redactar un texto donde plasmar los razonamientos que hagas al hilo de todo lo anterior; buscar entre las últimas novelas que hayas leído los paisajes en que se describan de una u otra manera temas de arquitectura. Volver a leerlos con ojos nuevos; y por último leer mucha poesía. Y disfrútala. Y entiende cuán cerca está de la arquitectura.
A continuación, Alberto Campo Baeza nos proporciona algunos libros básicos que todo arquitecto debería leer al menos una vez en la vida. Entre los cuales destacamos: Meditación sobre la Técnica.
José Ortega y Gasset; Mies van der Rohe. Werner Blazer; Historia Crítica de la Arquitectura Contemporánea. Kenneth Frampton.
Posteriormente comenta las salidas que tiene la arquitectura; desde su perspectiva, un arquitecto puede ejercer desde director de cine a dirigir un restaurante. Pero a continuación nos ofrece una serie de posibilidades para que pensemos que podemos hacer cuando acabemos la carrera. Algunas de ellas son: ponerse a trabajar con un buen arquitecto; ponerse a trabajar con un arquitecto famoso; ponerse a trabajar con otros compañeros de la misma edad; ponerse a trabajar en solitario; hacer concursos; seguir formándose; y opositar para ser funcionarios.
Y por último, nombra a los 6 maestros más influyentes de la Arquitectura Española Contemporánea, como son Sota, Oiza, Fisac, Cano Lassado, Coderch y Carvajal, y expone sus obras más relevantes.
Reflexiones
Desde mi perspectiva, este es el libro perfecto para descubrir si de verdad quieres estudiar esta carrera tan ardua. Con los múltiples consejos que nos da y las advertencias a su vez de que es una carrera que necesita una dedicación total, puedes saber a la perfección si vas a ser capaz de sobrellevarlo… Además, como no, también nos proporciona diversos libros y nombres de arquitectos para que investiguemos por nuestra cuenta.